Albarán de Blasco Fernández de
Heredia, Señor de Aguilón de 20-06-1414
Tierras de señorío, tierras de realengo
Durante el proceso de reconquista y repoblación del
territorio, los reyes cristianos contaron con colaboradores como la nobleza,
los monasterios, las órdenes militares, etc., que fueron compensados con la
entrega en propiedad de las tierras o con el disfrute de las rentas de los
territorios conquistados. También existían las localidades y gentes de
realengo, que dependían directamente de la administración real. Se formaron los
señoríos, donde nobles, abades, obispos, comendadores o los propios concejos urbanos
tenían reconocidos derechos y poderes sobre la tierra, sus frutos y las gentes
que allí habitaban.
Dependiendo de quién fuera su titular, se crearon
señoríos laicos o seculares, eclesiásticos y de órdenes militares que se
encargaron de repoblarlas y poner en explotación sus tierras. Mediante la
concesión de fueros, privilegios y cartas de población se concretaron las
relaciones de dependencia del territorio con su señor natural, el rey, o con
los señores a los que el monarca cedía temporal, vitalicia o permanentemente la
posesión de un lugar.
Según los documentos consultados, podemos suponer,
que el territorio de Aguilón estuvo en distintos momentos de su historia vinculado
al señorío y al realengo.
El 1 de Diciembre de 1186 en Zaragoza, Guillermo de Belmes arcediano de Cabañas,
(que más tarde sería La Almunia de Doña Godina), y que fuera unos años antes
prior de Aragón y Navarra de la Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén y
Armengol de Aspa, prior del Hospital de Saint Gilles y que al año siguiente seria maestre de la Orden del
Hospital, de acuerdo con García de Lisa Castellán de Amposta, acuerdan que las
iglesias de La Almunia de Cabañas y
Salillas, y la heredad de Aguilón las posea el segundo, y el primero perciba la mitad de los diezmos.
Cartulario Magno de la Orden de San Juan
de Jerusalén, tomo III, págs. 539-40.
Tras la definitiva derrota de la Unión, formada por
los nobles que apoyaban al Infante Fernando de Aragón, contra el rey Pedro IV, en la batalla de Epila en 1348, en reunión parlamentaria de las cortes, fueron
confiscados los lugares y castillos de Ayles, Botorrita, Tosos y Aguilón, que
eran de Don Ramón de Anglesola, y manda el rey proveer de las rentas de ellos a
Doña Elvira López de Eslava, su mujer, para su sustentación. Anales de la Corona de Aragón, Jerónimo
Zurita, Libro VIII. XXX
Después paso a poder de la familia Fernández de
Heredia: Blasco Fernández de Heredia ejerció el señorío de Botorrita y Aguilón,
se le nombró Justicia en 1360. Blasco Fernández de Heredia y Ruiz, sucedió a su padre y fue Señor de Aguilón y Justicia Mayor
de Aragón en 1395. En 1388 se adjudicaron a este las villas de Fuendetodos, Acañiciello,
Ayles, Xaulín, María y Mediana. Juan Fernández de
Heredia y Larraz, Juan Fernández de
Heredia y Palomar, Juan Fernández de
Heredia y Villalpando,
fueron señores de Botorrita, Aguilón y Tosos. Perteneció a esta familia
hasta que en 1576 Don Joan Pérez de
Almazán y Catalina Fernández de Heredia lo venden a Felipe II, y esté a su vez,
lo cede a la Comunidad de Aldeas de Daroca, quedando incluido dentro de la
Sesma de Tras-sierra. Antonio Almagro
Gorbea, El castillo de Mora de Rubielos. Solar de los Fernández de Heredia;
Diarte Lorente, La Comunidad de Daroca: plenitud y crisis.
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